Este juguete es un ejemplo de la influencia de la cultura asiática en occidente, un juguete de origen francés, fabricado por el maestro de juguetes mecánicos de hojalata, Fernand Martin (1849-1919). Sus juguetes representaban diferentes tipos humanos en actividades cotidianas, y eligió para este ejemplar un tema típico de Asia, el transporte jinrikisha.
Un carro arrastrado por la fuerza de un hombre, funcionaba como los taxis de hoy en día. Una especie de carreta para una o dos personas, con un solo eje, capota plegable y dos varas que un hombre tiraba.
El jinrikisha fue inventado en Japón en 1869 y se convirtió rápidamente en uno de los medios de transporte más comunes de Asia por ser conveniente, rápido y económico. Su popularidad fue tal que tres años después había en Tokio aproximadamente unos 40.000 con licencia.
Pedro del Río Zañartu disfrutó de números viajes en este tipo de transporte. En Japón, donde los vio por primera vez, los caracterizó como “carricoches” y destacó que eran manipulados por cinco hombres (llamados “beppos”). Según sus crónicas, eran tirados por “hombres que más parecen jigantescas mariposas por sus trajes de colores i volantes sombreros i zapatos blancos”.