Pedro del Rio Zañartu adquirió algunos grabados en su paso por Japón en 1881 sumando a su colección ejemplares del arte de la impresión japonesa. A fines del siglo XIX los grabados japoneses (como las estampas ukiyo-e) tuvieron una gran popularidad fuera de Asia alimentando la corriente de japonismo entre artistas europeos durante las décadas de 1880 y 1890. Si bien en su formato original las obras de los artistas japoneses eran muchas veces realizadas sobre tablas de madera, su reproducción en masa fue realizada en talleres litográficos.
Esta sátira donde aparecen animales en formas humanizadas, parece el asalto de zorros a un mono vistiendo ropas y alzando mástiles, recordando a una obra maestra del arte japonés, llamado Choju giga, una obra de rollo de mano (emakimono) del siglo XI-XII d.C. que trabaja de forma linear y monocroma la representación de animales realizando actividades humanas.